miércoles, 4 de septiembre de 2013

DESCUBRIENDO LA ICONOGRAFIA EN LA CONSOLATA

El cuadro de la Virgen de la Consolata es un lienzo pintado con estilo de "ícono" oriental-bizantino. El arte sacro oriental bizantino se caracteriza por representar más los valores espirituales intríncecos que la belleza física exterior de la obra. Se trata de un arte simbólico más que realista.

El autor de esta obra es desconocido, pero su obra es rica en enseñanzas para la devoción a la Virgen.

Con solo contemplar la imagen, destacan e impresionan los santos rostros del ícono. El de María refleja una leve tristeza templada de suave esperanza. Tiene la mirada dirigida a quienes la miran, como infundiéndoles sus mismos pensamientos, y la cabeza inclinada levemente hacia Jesús, fuente y causa de todas sus grandezas, consuelo de la Humanidad.



La mano derecha contra el pecho pareciera indicar que asume como propias todas las penas de sus hijos, tarea maternal como consoladora de los afligidos.




María Consolata nos presenta a Jesús, sentado sobre el brazo izquierdo de su Madre, lado del corazón. María sostiene a su Hijo, lo cuida como Madre, lo custodia, pero no lo retiene para sí.




El vínculo de unión entre ellos son las dos manos derechas, levemente unidas, que expresan la unidad llena de cariño y de respeto, símbolo del amor más bello que une el corazón de Dios al corazón de una criatura. El Niño con su mano bendice al mundo a la manera oriental: dos dedos alzados (que significan las dos naturalezas de Cristo, humana y divina), y los otros tres doblados (que indican la Trinidad).




Fiel al arte iconográfico, la imagen tiene en cuenta los colores: El manto de la Virgen es de un azul intenso que indica su gloria en el cielo; el borde dorado simboliza su participación en la gloria de Dios; el rojo, expresa la realeza de La Virgen María, Reina de todo lo Creado y la de Jesús, Rey del Universo.




Las tres estrellas sobre el manto de la Virgen (una de ellas oculta por la figura del Niño), son signo de la la "triple" virginidad de María: Antes, durante y después de la concepción de Jesús. El anillo en su dedo es expresión de autoridad y poder: Ella es la Madre del Salvador, vencedora de todo mal. Por último, las dos aureolas que manifiestan la santidad y la gloria de Cristo y de María, obtenidas por medio de la cruz.




En definitiva, el cuadro presenta a María y a su Hijo estrechamente unidos: Quien encuentra a María, encuentra a Jesús, y quien encuentra al Hijo encuentra a la Madre. La actual imagen que se venera en el templo, no es la original, el cuadro que hoy se venera es una obra de finales del siglo XV que se atribuye a Antoniazzo Romano y está inspirada en la Madonna del Popolo de Roma.




Santa María, Consuelo de los afligidos, ruega por todos nosotros


Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

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